miércoles, 21 de enero de 2009

JORGE MANRIQUE, COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE.

Sin duda alguna, una de las cumbres de la poesía escrita español son las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique (1440-1479). Jorge manrique es el poeta que abre el camino de la lírica al Renacimiento. Por este motivo, porque estamos adentrándonos en el fascinate mundo renacentista, quiero dejarlo para nuestra antología. Os dejo las primeras coplas escrita en castellano de la época. Recuerda que son cuarenta coplas de pie quebrado o coplas manriqueña):



I
Recuerde el alma dormida,

avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.


II
Pues si vemos lo presente

cómo en un punto s'es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por passado.
Non se engañe nadi, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera.


III
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.
(pincha aquí y lee las siguientes coplas).


Ahora escúchalas recitadas por Rafael Alberti y luego cantadas por Paco Ibáñez.


Discover Paco Ibáñez!

Aprovecho esta mención a uno de nuestros mejores poetas para deciros dos cosas. La primera es que la poesía española es muy dada a la reflexión sobre el tiempo. La segunda concierne a la magnífica tradición de la lírica con que contamos en nuestra Península, desde las jarchas, allá por el siglo XI, hasta los últimos poetas, en el siglo XXI, que siguen escribiendo versos a la vida, al tiempo a todo lo que tiramos como un anillo al agua, como dijo el poeta Blas de Otero.
Como muestra de esto que os digo, quiero que leáis dos poemas. El primero es de Francisco de Quevedo, autor del Barroco. El segundo, de Antonio Machado, poeta del siglo XX. ¿Qué os parecen, encontraís similitudes con el de Manrique, en qué se diferencian, utilizan los mismos versos, la misma rima, el mismo pie métrico?

Represéntase la brevedad de lo que se vive
y cuán nada parece lo que se vivió
"¡Ah de la vida!" ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huído!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.
(Soneto de Francisco de Quevedo 1580-1645).
***
Nuestras vidas son los ríos,
que van a dar a la mar,
que es el morir
. ¡Gran cantar!
Entre los poetas míos
tiene Manrique un altar.
Dulce goce de vivir:
mala ciencia del pasar,
ciego huir a la mar.
Tras el pavor del morir
está el placer de llegar.
¡Gran placer!
Mas ¿y el horror de volver?
¡Gran pesar!
(A.Machado 1875-1939)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Tomás,

Soy Mª del Pilar Pacheco Díaz de
3ºD. He leído los poemas, y me parecen más interesantes y profundos los de Jorge Manrique y Quevedo. Tanto Manrique como Quevedo hablan de la brevedad de la vida y del paso del tiempo que nos precipita hacia la muerte. No entiendo muy bien el poema de Machado,¿adónde teme volver?,no lo sigo.
Creo que Manrique es más compresivo con el final de la vida porque así es, sin embargo Quevedo parece dolido y angustiado ante la llegada de la muerte.
Desde el punto de vista métrico el poema de Manrique está escrito en coplas de pie quebrado o manriqueña, el de Quevedo es un soneto y en el de Machado aparece una cuarteta al pricipio y una redondilla al final con otros versos que riman con la cuarteta en el medio.

Un Saludo